Cuentan que en 1938, durante la famosa transmisión radial de Orson Welles de "la Guerra de los Mundos"-recreando una invasión extraterrestre-, aquella noche, en un lejano río del Estado de New Jersey, un anciano fumaba su pipa, sentado en la puerta de su cabaña. Su esposa -también vieja-, escuchaba la transmisión de Welles en la cocina. Salió corriendo a la puerta llorando y le dijo:
-...¡VIEJO, VIEJOOO!,...¡DIOS ESTÁ DESTRUYENDO EL MUNDO!!!...
A lo que el anciano le contestó:
-¡BAH!!, ¿Y QUÉ??,... ¡SI ÉL LO CREÓ!!!...
Viejo más sabio, ¡ni en los altares!
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