Comentado por: Caín.
yo acá, pensando que era el único salvaje que soltaba barrabasadas escritas (por que mi hermanito es más "pecho frío" que el Melgar FBC de Arequipa,...), a diestra y siniesta, ¡y resulta que el mal ejemplo está cundiendo! Y así fué que, hurgando en la revista Caretas, me hallé con una joya, que deseo compartir con ustedes: ¡los herejes al poderrr!!!
Revista Caretas, julio 2, 2009
Sección Amenidades-Columna "El foco de Einstein"
Por: Luis Freire
Ahora que varios colegios estatales y privados están cerrando sus puertas por la gripe AH1N1, es el momento de introducir el virus en el Parlamento para obligarlo a suspender sus actividades. Un congresista enfermo cada quince días sería la receta ideal para ir mandando a las bancadas parlamentarias a la cama y librarnos de su vacío cerebral por una buena temporada. La propuesta está en el aire, solo falta que un valiente la estornude sobre su congresista preferido para que inicie una cadena de curules vacías. Votemos por la porcina en el Parlamento.
Mi segunda propuesta es más universal y tiene que ver con el vapuleado celibato sacerdotal.
Confieso que la idea me la sugirió la novela Pantaleón y las Visitadoras de Vargas Llosa. ¿Sería posible un sistema católico, apostólico y romano de visitadoras sagradas que calme el esperma escalfado de los curas condenados a mirar pero no tocar a sus feligresas y en casos extremos, a los feligresitos?
Las visitadoras serían escogidas entre jóvenes solteras militantes del Opus Dei y el Sodalicio bendecidas en cuerpo y alma por la mano de Nuestro Señor. Su misión sería visitar periódicamente a los sacerdotes en la intimidad de sus celdas para ayudarlos a exorcizar el demonio de la carne, sin recibir otra cosa que una lluvia de bendicionesy la satisfacción del deber cumplido en aras de la mejor disposición del clero para ejercer su labor pastoral.
Estarían prohibidas de valerse de sesenta y nueves, saltos de la tigresa del Oriente y otras kamasutreces que conducen al hedonismo pecador. Pudor en el ejercicio carnal sería su ley. Por supuesto que habría un servicio de visitadores sagrados para monjas, reclutados entre jóvenes seminaristas que no hubieran hecho sus votos. Una magnífica manera, además, de evitar deserciones por culpa de la carne. En este último caso, sería recomendable que la propia Iglesia fabricase preservativos de confianza sumergidos en agua bendita para evitar malas interpretaciones ováricas,... y divinas.
...¿Se imaginan?,... ¿se imaginan?!!!,... una chiquilla del Opu$$,... frente a uno, de rodillas,... mirandote con carita de que no sabe de qué se trata el asunto?,... ¡arf!!!, ¡ARFFF!!!,...
Caín.
Más sexo, más progreso. Que genial.
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