domingo, 9 de agosto de 2009

"Génesis"



Al final el hombre destruyó el cielo y la Tierra. La Tierra se movía y giraba y el espíritu destructor del hombre se cernía sobre la faz de las aguas. Y el hombre dijo: que sea mío el poder sobre la Tierra. Y así fué. Y el hombre vió que el poder era bueno, y así llamó sabios a los que poseían el poder y a los que trataba de reprimir el poder los llamó débiles. Y fué la tarde y fué la mañana, el séptimo día.

Y el hombre dijo: que haya una división entre todos los pueblos de la Tierra. Que haya una línea divisoria, o una pared entre aquellos que me apoyan y aquellos que están en mi contra. Y fué la tarde, y fué la mañana, el sexto día.

Y el hombre dijo: reunamos todos nuestros recursos en un solo lugar, y creemos instrumentos de fuerza para defendernos: hagamos una radio que moldee las mentes de los hombres y un proyecto que controle sus cuerpos y estandartes y símbolos de poder que capturen sus almas. Y asi, fué. Y fué la atrde, y fué la mañana, el quinto día.

Y el hombre dijo: que haya censura para separar la luz de la oscuridad. Y así fué. Y el hombre creó dos grandes centros de censura para controlar los pensamientos de los hombres, uno que dijera sobre la verdad que deseaba que fuera escuchada en el exterior, y otro sobre la verdad que fuera escuchada en el hogar. Y así fué. Y fué la tarde, y fué la mañan, el cuarto día.

Y el hombre dijo: creemos armas para matar a millones y cientos de milones a distancia, y creemos bombas, y aprendamos sobre la guerra germicida y creemos proyectiles dirigibles. Y así fué. Y fué la tarde, y fué la mañana, el tercer día.

Y el hombre dijo: hagamos a Dios a nuestra imagen y semejanza; digamos que Dios piensa lo que nosotros pensamos, que Dios desea lo que nosotros deseamos, que Dios ordena lo que nosotros ordenamos que ordene. Y el hombre halló medios para matar mediante la fuerza atómica y la lluvia radiactiva, a los que vivían y a los que aún no habían nacido. Y dijo: hágase la voluntad de Dios. Y así fué. Y fué la tarde, y fué la mañana, el segundo día.

Y luego, en el último día, una gran nube negra cubrió la faz de la Tierra y un fuerte llanto llegó desde toda la Tierra, y luego el hombre y todos sus hechos no estaban más. Y la Tierra descansó en el último día, de todos los afanes del hombre, y el universo estaba tranquilo en el último día de todos los actos que el hombre, en su locura había forjado. Y ya no hubo tarde, no hubo mañana, no hubo día.

(de la publicación Maj' shavot)



-Profundo,... realmente profundo y actual.
Abel

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